Henri Cartier-Bresson es uno de los fotógrafos más estudiados de la historia. Sacaba sus fotos con una cámara Leica con objetivo de 50 mm y sin ningún alarde técnico. Para él, no era la técnica lo importante. Lo importante era sacarla en el momento decisivo.
Este es el diálogo interno que surge entre las distintas temporalidades del personaje de la fotografía.
FUTURO: Te dije que te caerías.
PASADO: Vaya, después de visto todo el mundo es listo.
FUTURO: Solo digo que andes con más cuidado. Mira como estoy ahora por tu culpa.
PASADO: ¿Mi culpa? ¿Por qué mi culpa?
FUTURO: Ostia, eres tú quién se ha metido por ahí. Podías haber ido por cualquier otro lado y te has metido en todo el charcazo.
PASADO: Hombre, si te hubiera conocido antes y te hubiese visto así, todo mojado, habría cambiado de camino.
FUTURO: Tienes que pensar un poco en mi también. Solo piensas en ti, y a veces en Presente.
PASADO: Por cierto, ¿dónde está?
FUTURO: ¿Quién?
PASADO: Presente.
FUTURO: Ya sabes, congelado. Como siempre. Él se queda siempre anclado en cada instante mientras tu ves como escapa y yo le veo quedarse atrás.
PASADO: Y que sea por lo que más se preocupa la gente…
FUTURO: Piensan que es lo único que existe, cuando en realidad es la parte de nuestra vida en la que menos tiempo pasamos.
PASADO: Mírame a mi, lo importante que soy para tomar decisiones.
FUTURO: Más importante soy yo. Tu eres la causa, yo soy las consecuencias. Y si no, mírame aquí todo mojado.
PASADO: Espera, ¿y mi sombrero?
FUTURO: También se ha mojado. Lo he dejado en el charco. A mi no me gustaba.
PASADO: ¿Qué no te gustaba? ¿Y quién eres tú para decidir por ti mismo?
FUTURO: Estaba mojado, te he dicho.
PASADO: ¡Me lo regaló mamá!
FUTURO: Yo no la he conocido, así que poco me importa.
PRESENTE: De hecho, aquí te quedas solo. Yo tampoco la conozco.
PASADO: Vosotros dos conocéis todo lo que yo conozco.
PRESENTE: En este momento, yo no conozco nada. No puedo pensar más que en ese charco.
FUTURO: Puedes dejar de pensar en eso. Te vas a mojar, te lo digo yo.
PASADO: Si no, mírale. Le hemos dejado empapado.
FUTURO: Muy gracioso. Vamos a coger un catarro…
PASADO: Yo no.
PRESENTE: Yo tampoco.
FUTURO: Bueno, ya me entendéis.
PRESENTE: ¿Debo preocuparme, Futuro? ¿Voy a hacerme daño?
PASADO: Seguro que no más que aquella hostia que te pegaste con la bici en el pueblo.
FUTURO: Calla, abuelo, me lo ha preguntado a mi.
PASADO: ¿Abuelo?
FUTURO: De todos los que estamos aquí eres el más viejo.
PRESENTE: Y el más sabio.
PASADO: Gracias, Presente.
PRESENTE: Es verdad. Gracias a ti, y a aquella vez en el río, he decidido saltar.
FUTURO: Por cierto, Presente, tengo buenas noticias para ti.
PRESENTE: ¿Cuáles? ¿Me voy a encontrar dinero ahí abajo?
FUTURO: Eso serían buenas noticias para mi. De todas maneras no, no es eso. Vas a ser un icono. ¿Ves a ese tio a tu derecha con la Leica?
PRESENTE: Me gustan esas cámaras.
PASADO: ¿Sabéis que los de Leica ayudaron a escapar a presos del nazismo?
FUTURO: Que te calles, abuelo. Escucha, Presente. Ese tio es Henri Cartier Bresson. Es el fotógrafo más famoso de la historia. Y tu vas a ser su foto más representativa.
PRESENTE: ¿Me va a sacar empapado y dando pena?
FUTURO: He dicho tú, no yo. Tranquilo, no harás el ridículo.
PRESENTE: ¿Y nos haremos ricos?
FUTURO: Me temo que no, amigo. Me temo que no.
PASADO: ¿Sabes que deberíamos hacer entonces?
FUTURO: A ver, listillo.
PASADO: Volver atrás a recoger el puto sombrero. No vamos a estar para tirar el dinero.
PRESENTE: De acuerdo. Ya sabes, Futuro.
FUTURO: Mira, Presente. Esta es tu fotografía. (se la enseña)
PASADO: Qué innovadora. Rompe todas las reglas de composición que conozco.
PRESENTE: Me gusta como salgo. Muy realista.
FUTURO: Es con un objetivo de 50 mm. Como la vista humana, ya sabes. Sin distorsiones.
PASADO: Eso no lo convierte en real.
FUTURO: He dicho realista.
PRESENTE: ¿Y como decís que se llama el que ha hecho esta foto?